De vuelta a casa.
Esta tarde he ido a recoger de los sótanos de una tienda de Zaragoza unas cuantas piezas (hijas mías) que, según el albarán, reposaban allí desde las fiestas del Pilar del 2005, hace 22 meses.
Es un claro ejemplo de la profesión de ceramista del siglo XXI en el mundo desarrollado; el artista crea y cree que su arte debe ser compartido con su público, con posibilidad de venta para el disfrute del comprador y para mantener el ego y los gastos de producción.
Cuando el público no viene al taller, es necesario sacar la obra fuera de casa, es como mandarla a estudiar al extranjero Al cabo del tiempo las noticias van escaseando e incluso puedes olvidarte de su existencia. En un momento de lucidez decidí ir a rescatarlas, segundo piso de sótano, un zulo en el que no han podido ver la luz natural en 22 meses, ni siquiera un humano sensible les ha podido saludar. Hoy se han activado todos los resortes para el rescate, la furgoneta, el horario, las cajas de cartón, el plástico de burbujas, el albarán, Por fin están de vuelta a casa; aquí, aunque sea solo yo, podré disfrutar de ellas.
La otra realidad importante para mí, es que he rescatado piezas ajenas, de mi amigo Ramón Fort, las dejé al mismo tiempo, por supuesto he sufrido mas por ellas que por mis cacharros, hoy ya descanso agradablemente, por fín
En casa.
2 comentarios
Fernando Malo -
Gracias
Dalmira -
Un besazo, maestro.
Dalmira.