Calabazas a finales del otoño.
Por fin estoy disfrutando de las calabazas cultivadas por mi amigo Jesús a orillas del Ebro, este año me he retrasado en buscarlas para acogerlas en mi casa.
Una maravilla, ejemplares únicos, originales, colores y formas increíbles.
Sé que tienen vida y me acompañan en mis espacios, las cambio de un sitio a otro, se irán transformando de color y textura.
Una buena compañía y un placer para los sentidos.
Una maravilla, ejemplares únicos, originales, colores y formas increíbles.
Sé que tienen vida y me acompañan en mis espacios, las cambio de un sitio a otro, se irán transformando de color y textura.
Una buena compañía y un placer para los sentidos.
0 comentarios