Obras en casa.
Las obras de urbanización han llegado hasta la tapia de nuestro taller.
David y José, nos acompañan desde ayer metiéndole mano al muro de la intimidad.
Las nuevas cotas de las calles y aceras menguan la altura de nuestra valla.
Aquí, cerca del desierto de los Monegros podemos escoger vivir escondidos en nuestra intimidad, podemos ocultar nuestros menús, nuestras discusiones o nuestros desnudos.
En otras partes mas lejanas o próximas, la intimidad se pierde dormitando una docena en la misma habitación, en otras partes es un lujo tener un lecho y un techo.
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