Por fin.
Por fin.
Hoy el taller ha presumido de tener su primer día activo del nuevo año. Por fin el sol ha inundado las estancias de barro húmedo, por fin el dial de la radio se ha fundido con conversaciones, risas y llamadas de teléfono.
Por fin ya se han acabado estas fiestas de final y principio de año.
Las vacaciones navideñas me han acompañado en mi estado gripal, garganta, nariz y oído han conseguido apartarme gustosamente de mis hábitos de estudio artístico.
Ha sido todo un lujo hacer coincidir mis males de salud, con el cierre forzado de las actividades empresariales.
Por fin, hoy el plástico que no dejaba respirar a las piezas ni a los trozos de arcilla medio modelados desde el año pasado, por fin, hoy los plásticos se han despegado de las superficies húmedas dejando al descubierto el renacimiento, la alegría y la vida de este modesto material.
Por fin el taller revive en mi interior, vamos camino de la primavera, el día alarga sus horas de sol.
También tenemos que agradecer a lo que llaman crisis; para los que no trabajamos por dinero esto es magnífico, podemos hacer nuestro trabajo con libertad total. Los encargos escasean y prácticamente tenemos todas las horas del día para disfrutar inventado piezas, imaginando colores, esperando hornadas, preparando nuevas fórmulas, tenemos todo el tiempo para abrazarnos al barro.
Por fin, por fin!
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