Titulitis.
A mis veintitantos, la titulitis siempre me había producido adversidad, no me interesaba para nada. La generación de mis padres no opinaba de la misma manera, ellos con su esfuerzo habían conseguido ofrecerme una educación en colegio de pago y deseaban que finalizara mis estudios de la mejor manera posible.
Yo quería ser artista, para eso no era necesario ningún título que lo ratificara.
Los últimos años fueron duritos en este aspecto, la rebeldía juvenil quería darme la razón entre decisiones pasionales, amores y búsqueda de libertad.
Acabé mis estudios en el 1981 con veinticuatro años.
Antes de despedirme de la Escuela quedaban atrás dos estancias veraniegas con el alfarero de Naval (Huesca), nueve meses con el puesto de cerámica en las Ramblas, trabajos de colaboración con el ceramista Joan Rebés, muchas horas de torno en la bóvila de Malgrat (Barcelona), además de las actividades no cerámicas, como los nueve meses de pipa con la Orquesta Platería recorriendo toda la geografía catalana y más allá compartiendo escenario con Secta Sónica, la Dharma, Sisa, Orquesta Mondragón y hasta Jorge Sepúlveda increíble!
Al final de mis estudios ya había presentado dos exposiciones en Zaragoza, con mis primeras piezas, con lo único que tenía. ¡qué atrevido!.
Yo quería ser artista, para eso no era necesario ningún título que lo ratificara.
Los últimos años fueron duritos en este aspecto, la rebeldía juvenil quería darme la razón entre decisiones pasionales, amores y búsqueda de libertad.
Acabé mis estudios en el 1981 con veinticuatro años.
Antes de despedirme de la Escuela quedaban atrás dos estancias veraniegas con el alfarero de Naval (Huesca), nueve meses con el puesto de cerámica en las Ramblas, trabajos de colaboración con el ceramista Joan Rebés, muchas horas de torno en la bóvila de Malgrat (Barcelona), además de las actividades no cerámicas, como los nueve meses de pipa con la Orquesta Platería recorriendo toda la geografía catalana y más allá compartiendo escenario con Secta Sónica, la Dharma, Sisa, Orquesta Mondragón y hasta Jorge Sepúlveda increíble!
Al final de mis estudios ya había presentado dos exposiciones en Zaragoza, con mis primeras piezas, con lo único que tenía. ¡qué atrevido!.
2 comentarios
Fernando -
Me sabía todo el repertorio, lo peor: que cuando todos acababan la juerga, a mí me quedaban un montón de horas de trabajo...
Durante el resto de la semana, acudía a la Massana a seguir con mis clases.
Me alegra saber de ti y que sigas fiel al blog.
Un beso muy fuerte y recuerdos a los amigos valencianos.
María de Valencia -