Horno de Naval.
El horno de la alfarería estaba en la última estancia del edificio, bajo cubierto, tendría entre 2 y 3 metros de diámetro. Pocas veces aparecíamos por su penumbra, pero cada vez que me acercaba a él sentía la imponente capacidad de transformación de ese altar alquimista.
Era un espectáculo verlo cargar con esa delicadeza, sin placas ni soportes, entraban miles de piezas, Paco con sus más de cien kilos se movía entre las piezas calculando con precisión aquella orquestación de barro.
Era un espectáculo verlo cargar con esa delicadeza, sin placas ni soportes, entraban miles de piezas, Paco con sus más de cien kilos se movía entre las piezas calculando con precisión aquella orquestación de barro.
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