Día de taller.
Por fin he tenido un día de taller completo, por fin por obligación tenia que cocer unas piezas para entregar mañana, por fin mi cabeza se ha centrado en el esmaltado y en el horno, Loli ha seguido cual profesional las indicaciones del maestro igual que Majo esta tarde frente a las superficies de los murales recién esmaltados.
Hemos conseguido llenar el horno de encargos, virguerías y disfrutes.
Para llenar el horno he decorado un mural de cosecha propia que me ha recordado el placer de la libertad al crear, al decorar, el sueño de los materiales, el trabajar por divertimento, la pieza libre, que no tiene dueño, que se crea para nadie, que coquetea con la música y con la merienda, que solo es fruto de los pequeños momentos, de la suma de detalles que me rodean.
Once horas en el taller me proporcionan el placer que los días anteriores me habían robado; viajes a Zaragoza a por nefelina y refractario, viajes a Zaragoza a entregar facturas de trabajos casi caducados, viajes a la gestoría, viajes y viajes que nunca se acaban
Siempre hay cosas pendientes en la capital,
Que les dén
!
2 comentarios
Fernando -
En que se levante Lourdes le comento, pero al menos viviendo tan cerca te puedo ofrecer una visita guiada a mi humilde santuario.
Un abrazo.
Tere (la de El Saso) -
Soy Tere, pregúntale a Lourdes.
Empecé el sábado a leer tu blog desde el principio y quiero que sepas lo que he disfrutado. Ha sido como un buen libro que no puedes dejar de leer y me han aflorado emociones y recuerdos.He viajado contigo; he reído con ese humor que te acompaña; he sufrido cuando después de tantos desvelos las cosas no salían como esperabas; he recordado palabras como pella, conos, marcas de humo, chamota, óxidos, ... y un sinfín de ellas que tenía demasiado olvidadas; me han emocionado los comentarios que haces de tus amigos y los que ellos te hacen.
Lo propio sería darte la enhorabuena por el blog, pero yo lo que quiero es darte las gracias, por estar ahí y por la generosidad que supone compartir tu vida con todos nosotros.
Si algún día necesitas un par de manos con poca práctica pero mucho entusiasmo para colaborar, no dudes en llamarme. Puede parecer muy generosa mi oferta, pero creo que más bien es egoista, ya que disfrutaría más yo de ponerme ante el barro de lo que tú podrías recibir con mi ayuda.
Iré a visitar tu santuario cualquier día.
Un abrazo TERE