De vuelta de Valencia.
Viaje intenso a Valencia, nos acompañan Javier y Montse que a su vez ponen el coche, hacen de chofer y nos ayudan a desmontar la exposición en Paterna. Salimos de Muel con el dulce GPS de voz femenina que nos ira mareando y entreteniendo a lo largo de los kilómetros. Comida en Paterna y visita a la cueva de Antonio Soler y sus gatos, aunque pasen los años esta visita perdurará en nuestra memoria y en nuestra pituitaria. Amante de la cerámica desde los trece años, Antonio Soler nos abrió las puertas de su taller donde a modo de pasión ha conservado, restaurado y reproducido abundantes muestras de azulejos y socarrats aparecidos en las excavaciones de Paterna. Nos regaló un trocito de barro cocido y cariño.
Después de desmontar la exposición en un tiempo record (45 minutos), acudimos a La Llotgeta de Valencia donde Rafaela Pareja y Samuel Bayarri inauguraban su exposición En Zen Didas
Luz que necesita oscuridad para destacar y ser. Y en cada segundo ambas difieren, y desde cada ángulo son diferentes. Como yo y como tú, como tu y yo
un espacio de cuencos luminosos que crean sombras, que irradian vida entre los poros de la materia inerte, y la transforman,
Es parte del texto que aparece en el buen catálogo que edita la Caja de Ahorros del Mediterráneo con espléndidas fotos de la obra de estos dos ceramistas.
Esculturas caladas, con luz interior en una sala oscura, ya conocíamos parte de su trabajo en el último CERCO, mucha gente en la inauguración, enhorabuena a Rafaela también por su reciente premio en el concurso de Valladolid. Se puede visitar hasta el 30 de enero, merece la pena.
Por la mañana hemos visitado el Museo de Cerámica y su exposición La Cerámica Española y su integración en el Arte. Después de saludar a Jaume Coll, director del Museo, hemos completado nuestra visita disfrutando de cada rincón de este emblemático espacio para la cerámica.
La exposición, ya me parecía haberla visto sin verla. El catálogo, los comentarios de los amigos y la cantidad de autores y piezas conocidas, me convertían en familiar esta variada y extensa muestra.
La fórmula de la exposición recoge un repaso por la historia reciente de la cerámica artística en nuestro país, desde el clásico maestro Llorens Artigas, los Miró y Picasso ceramistas, las referencias mas auténticas y actuales Arcadio Blasco, Mestre, Madola, Colmeiro, Bofill,
, para dar forma al título de la exposición aparecen firmas de artistas reconocidos que han considerado el material cerámico en algún momento de su creación. El resto hasta 137 piezas, de lo más variado de colegas, artistas y trabajadores del barro, investigadores, algunos poco conocidos, una selección según criterio del comisario José Miranda.
La puesta en escena queda corta de espacios, espacios para grandes volúmenes, iluminación, peanas y alturas que se podrían haber mejorado teniendo en cuenta la ambición del catálogo, 200 páginas a todo color, presentado por la Ministra de Cultura, con textos de reconocidos especialistas.
Lo he pasado bien y he disfrutado del recorrido por las salas, hasta del libro de visitas
, pero sigo pensando lo mismo que escribí sobre esta exposición (sin verla) el día que se inauguró. En este blog ( 7 de noviembre):
para conseguir su integración, deberíamos ver este tipo de exposiciones, en el Reina Sofía, Fundación Miró, o cualquiera de los grandes museos de arte contemporáneo.
Todavía nos queda camino por recorrer, Jaume Coll nos ha comentado que esta exposición actualmente no va a tener ninguna itinerancia, es una pena.
Tal vez la fórmula es no tener necesidad de integración y seguir buscando el disfrute de nuestro trabajo sin tener que dar explicaciones de la técnica que utilizamos.
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Maria Garcia -