Azulejos para la catedral.
Por fin acabó la Feria, por fin entregué un voluminoso regalo de empresa navideño, por fin acabé de cocer los azulejos de Tarazona; hay veces que este oficio parece que quiere ahogarte pero solo te pide horas y más horas.
El lunes viajé a Tarazona con 636 azulejos para la catedral, alguno todavía caliente, cada uno de los grandes pesaba 700 gramos, se ha tratado de hacer una réplica del original en su variedad de tonalidades y en su formato, nada más y nada menos que 2 centímetros de grosor. En la superficie cada azulejo lleva marcado en tierno R 06.
En la foto se puede ver la carga de la última hornada.
La niebla de la ribera desapareció cerca de Magallón, el imponente Moncayo apareció limpio con sus primeras nieves, descargaron los azulejos en la catedral a cinco grados de temperatura, ya por fin se habían enfriado totalmente; ahora espero verlos colocados en la fachada noroeste, allí pronto se helaran.
Pobres baldosas, cuanto tienen que sufrir!. Esperemos que se mantengan en pie al menos quinientos años
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