Calabaza de navidad.

Puedo ver casi todo lo que me sugería la cerámica cuando comencé a modelar y aprender: formas, tacto, esmaltes de la tierra, magia, colores de la naturaleza, texturas y relieves, alquimia y mucho mimo
Toda una maravilla para los sentidos, toca, olfatea, pesa, acaricia, saborea, incluso puedes escuchar sus sonidos
Las calabazas me siguen demostrando que la naturaleza es la mejor artista, de un arte efímero, como nosotros, como el barro que modelamos.
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