Tócame, página 28 - 29.
Paso a paso.
La primera semana de septiembre del año pasado me confirmaron las fechas de la exposición, mi cabeza comenzó a trabajar y mis pulsaciones aumentaron poco a poco. Los planteamientos iniciales querían resaltar los elementos cerámicos, tan recurrentes y próximos a mi ideología primigenia.
Aquel mes viajé a Barcelona y recordando mis inicios artísticos, encontré la libertad del final veraniego y pensé en el punto erótico de la cerámica.
Al mes siguiente visité con un amigo los Aguarales de Valpalmas, un espacio natural que me impresionó, arcillas modeladas por el agua y el aire en medio de nuestro paisaje aragonés. Comencé a trabajar en esa dirección.
Ya en noviembre tuve la suerte de viajar a Túnez y reencontrarme con la cerámica histórica, entonces deseaba crear versiones de los clásicos.
El fin de año sirvió para canalizar todas mis ideas e intenciones. Piezas inacabadas, mezcla de arcillas y, sobretodo la libertad y el disfrute fueron las directrices para crear la idea y el título definitivo: Tócame.
Febrero fue el mes más prolífico; descubro las asas, el wabi-sabi. Me dejo llevar por mi experiencia personal para representar la naturaleza, lo sensual y la raíz alfarera.
Marzo, fotos, textos, últimas cocciones, inquietud y control.
Abril 2009, continúo con las manos manchadas y haciendo hornadas.
A un mes vista, tengo que agradecer el apoyo durante estos nueves meses de embarazo a los de casa y del taller que prácticamente son lo mismo.
Agradecer la labor de coordinación literaria a Antonio Pérez Morte, al poema inédito de Ángel Petisme, la colaboración de los bejaranos Luís Felipe Comendador y Alberto Hernández.
Al fotógrafo Antonio Ceruelo que ya me tiene pillado el ángulo bueno y a Joaquín Pardinilla con su colaboración musical.
También a Antonio Vivas, compañero de viaje en los treinta años de profesión y al amigo José Luís Martínez por sus pinceladas.
Todo un lujo para mi cerámica.
www.fernandomalo.com
*Imágen: Fernando Malo. Dibujo, 2009. Barbotina aplicada a dedo sobre papel, 21 x 21.
La primera semana de septiembre del año pasado me confirmaron las fechas de la exposición, mi cabeza comenzó a trabajar y mis pulsaciones aumentaron poco a poco. Los planteamientos iniciales querían resaltar los elementos cerámicos, tan recurrentes y próximos a mi ideología primigenia.
Aquel mes viajé a Barcelona y recordando mis inicios artísticos, encontré la libertad del final veraniego y pensé en el punto erótico de la cerámica.
Al mes siguiente visité con un amigo los Aguarales de Valpalmas, un espacio natural que me impresionó, arcillas modeladas por el agua y el aire en medio de nuestro paisaje aragonés. Comencé a trabajar en esa dirección.
Ya en noviembre tuve la suerte de viajar a Túnez y reencontrarme con la cerámica histórica, entonces deseaba crear versiones de los clásicos.
El fin de año sirvió para canalizar todas mis ideas e intenciones. Piezas inacabadas, mezcla de arcillas y, sobretodo la libertad y el disfrute fueron las directrices para crear la idea y el título definitivo: Tócame.
Febrero fue el mes más prolífico; descubro las asas, el wabi-sabi. Me dejo llevar por mi experiencia personal para representar la naturaleza, lo sensual y la raíz alfarera.
Marzo, fotos, textos, últimas cocciones, inquietud y control.
Abril 2009, continúo con las manos manchadas y haciendo hornadas.
A un mes vista, tengo que agradecer el apoyo durante estos nueves meses de embarazo a los de casa y del taller que prácticamente son lo mismo.
Agradecer la labor de coordinación literaria a Antonio Pérez Morte, al poema inédito de Ángel Petisme, la colaboración de los bejaranos Luís Felipe Comendador y Alberto Hernández.
Al fotógrafo Antonio Ceruelo que ya me tiene pillado el ángulo bueno y a Joaquín Pardinilla con su colaboración musical.
También a Antonio Vivas, compañero de viaje en los treinta años de profesión y al amigo José Luís Martínez por sus pinceladas.
Todo un lujo para mi cerámica.
www.fernandomalo.com
*Imágen: Fernando Malo. Dibujo, 2009. Barbotina aplicada a dedo sobre papel, 21 x 21.
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