De vuelta a casa.
Hacía mucho tiempo que no pasaba tres días sin conectarme a la red.
No ha ocurrido ninguna catástrofe en mi relación con el mundo; al contrario, el tiempo ha pasado con un orden y un ritmo no programado.
La excusa era mi presencia en Alcora,
la amistad, sería el alojamiento en Canet,
el interés, la exposición de las alfareras del Rif en Valencia,
lo casual, la arqueología de Sagunto,
los paseos junto al mar, lo placentero,
el camping de Viver, la sorpresa.
La dirección de nuestros pasos se ha improvisado según la señalización de nuestro ritmo, siempre bajo la batuta de la omnipresente cerámica (Jornada y Escuela de Cerámica de Alcora, museo del azulejo en Onda, museo de Cerámica de Valencia, conversaciones de cerámica, museo arqueológico de Sagunto, restos de cerámica por doquier
También se han improvisado los paseos y las degustaciones gastronómicas.
Como en la foto, nuestro viaje se ha dejado llevar por la señalización de ida y vuelta, hemos pasado una y otra vez por el mismo sitio,
nos hemos creído perdidos y de repente hemos encontrado nuestro destino,
ahora que tenemos autovías nos hemos salido de lo recomendado.
Cada día queremos marcarnos claramente nuestro camino,
cada día quieren guiarnos en una dirección,
¡Qué placer se siente dejándose llevar por la corriente del agua, por el aire y hasta por el cambio de hora! (aunque sólo sea durante un minuto).
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