Tunez 1. Desde al aire. .
Túnez dicen que es un país muy atractivo, que tiene una riqueza arqueológica inmensa, una luz especial en su cielo y en su mar mediterráneo.
Sólo he visto el mar desde el avión, el día que llegué y ayer al despegar de Cartago.
Lo atractivo de su rica historia cultural y de sus restos arqueológicos lo sé porque me compré una guía turística de Túnez antes de viajar al país. Las fotos de la guía reflejan bellos rincones y paisajes que han pasado a almacenarse en mi imaginación.
Aterricé poco antes de ponerse el sol, después de percatarme de que ninguna persona de las que me recibía a la llegada sostenía el cartel con: Monsieur Malo, dirigí mis pasos a una ventanilla de cambio para cambiar dinares. Lo siguiente sería localizar un taxi amarillo y que me llevara al hotel Belvedere
¿Qué iba a hacer yo a Túnez? En los siguientes días se me despejaría la duda, o se me agrandaría
Recién instalado en la habitación me telefoneó Brahim el marido de la ceramista Wisem, a los que conocí hace un par de años en Talavera y después nos vimos en Argentona. Ellos eran mis únicos contactos en Túnez, Brahím vino a verme al hotel y nos tomamos un café, dio la mala casualidad de que aquella misma noche se iban toda la semana a la feria de Berlín, no nos podríamos volver a ver.
Sólo he visto el mar desde el avión, el día que llegué y ayer al despegar de Cartago.
Lo atractivo de su rica historia cultural y de sus restos arqueológicos lo sé porque me compré una guía turística de Túnez antes de viajar al país. Las fotos de la guía reflejan bellos rincones y paisajes que han pasado a almacenarse en mi imaginación.
Aterricé poco antes de ponerse el sol, después de percatarme de que ninguna persona de las que me recibía a la llegada sostenía el cartel con: Monsieur Malo, dirigí mis pasos a una ventanilla de cambio para cambiar dinares. Lo siguiente sería localizar un taxi amarillo y que me llevara al hotel Belvedere
¿Qué iba a hacer yo a Túnez? En los siguientes días se me despejaría la duda, o se me agrandaría
Recién instalado en la habitación me telefoneó Brahim el marido de la ceramista Wisem, a los que conocí hace un par de años en Talavera y después nos vimos en Argentona. Ellos eran mis únicos contactos en Túnez, Brahím vino a verme al hotel y nos tomamos un café, dio la mala casualidad de que aquella misma noche se iban toda la semana a la feria de Berlín, no nos podríamos volver a ver.
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