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fernandomalo

Barnizado en Naval.

Barnizado en Naval. Feliseta, cuñada de Paco, le pasa uno a uno los pucheros para aplicarles el vidriado. Paco no se desprendía jamás de su “celtas corto”.

Feliseta cada día subía a la alfarería un cubo de agua en una mano y el almuerzo de Paco en la otra. El agua era la necesaria para lavarnos las manos, humedecer el engobe y para beber el perro.

El almuerzo bajo un paño solía esconder el pan, embutido, tortilla o carne y la indispensable botella de vino. Era un momento sagrado, Paco se sentaba, descubría el plato y comenzaba a dar cuenta sobretodo del vino tinto que nunca le faltaba y al que nunca le hacia ascos. Al final del almuerzo, como si de un rito se tratase, el último “cuscurro” de pan era para el perro. ¡Toma “Perdiguer”! siempre atento.

La radio era el hilo de conexión con el mundo exterior, Radio Nacional, a las doce después de las noticias solían cantar jotas.

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