Ruta por el Vero.
Hoy, día festivo en el instituto de los chicos, lo he programado para disfrutar de una jornada de excursión por la naturaleza cercana.
El sábado y el domingo me dediqué a trabajar en el taller para desconectar hoy de la cerámica y viajar hasta Alquézar sin motivos de trabajo.
En compañía de los cuatro figuras que aparecen en la foto, entre ellos mi hijo, hemos paseado la mochila por los barrancos del Vero, impresionante, nuevas plataformas metálicas colgadas de la roca te permiten flotar por el río sin mojarte.
No recuerdo ver un agua tan transparente y azul, corriendo con fuerza a causa de estos días lluviosos y mojando los calcetines de estos aspirantes a quinceañeros.
Las mochilas se han ido vaciando a lo largo de la mañana, frutos secos, bebidas, bocadillos, plátanos y bombones en la subida me han dejado perdido entre olivos y almendros. La suma de la edad de los cuatro casi hace la mía; en el CD de la furgoneta con La Fuga he podido rejuvenecer y con el rock popero de los Secretos se ha nivelado el tema.
En vísperas de CERCO, me parece todavía más un lujo poderme escapar a cien kilómetros de casa a disfrutar un martes y trece de este paseo y dejar aparcada la cerámica de mis manos y de mi cabeza. Recuerdo con cariño los cinco años que me dediqué a la organización de la Feria, la cantidad de horas, teléfonos, viajes y nervios
Mañana se inaugura CERCO, es un placer que la feria crezca, que se vaya solica , esta claro que nadie es indispensable.
Los barrancos llevan miles y miles de años labrándose por el agua que pasa
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