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fernandomalo

Días de silencio y ruido de martillos.

Días de silencio y ruido de martillos.

Así tengo mi cocina.
Obras en casa, albañiles, fontaneros, electricistas, después los ebanistas, el pintor, otros artistas.
Aquella cocina que monté hace quince años, los azulejos en verde que decoramos en el taller, la firma de mi hija Laura con cuatro años, la fecha fijada con el fuego perpetuo, garabatos de punzón y pincel.
Hemos podido rescatar algún ejemplar especial para la posteridad; al no estar declarada la cocina monumento artístico, la mayoría de las baldosas decoradas del 92 han ido a la escombrera. Un claro ejemplo de cómo funciona la industria azulejera de nuestros tiempos, en la época mudéjar despreciar un azulejo de arista sería un hecho incomprensible.

Foto: El hueco abierto en el muro descubre nuevas perspectivas, nuevos espacios, también muestra la fragilidad y la sorpresa, el cambio y la evolución.

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