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fernandomalo

Viernes de bocatas.

Viernes de bocatas.

Esta costumbre nos ha acompañado durante los viernes de este periodo estival, cuatro parejas y alguno de sus vástagos nos reunimos cada semana en una casa para saborear los bocatas numerados del uno al veintitantos y que anticipadamente hemos encargado vía teléfono al nuevo servicio sanmateano de comida para llevar.
Cuando casi imberbe comencé a conocer motos tele-pizzas y mi amigo Cha encargaba unas majestuosas croquetas a media hora de su portal en Barcelona, yo no podía imaginar que algún día llegaría semejante modernidad a mi lugar de residencia escogido, un pueblo tranquilo, apartado, sin problemas de aparcamiento, casi sin “progreso”…
Hoy mis hijos con cinco euros en el bolsillo, pueden buscarse la vida para no pasar hambre ni sed; antes, seguro que con astucia y simpatía tampoco pasarían hambre en el entorno en que vivimos.
El rito del bocadillo tatuado con un número sobre el papel de aluminio, no es precisamente para quitarnos la gana, es para mantener esa buena costumbre de la reunión, la charrada con los amigos, contar verdades y mentiras, criticar y reírse, beber lo suficiente para quitar la sed y mover el espíritu, que aproveche!

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