Viaje a la alquimia del barro en el siglo XVI.
Introducción del texto:
Desde la actuación en el muro de la parroquieta de la Catedral de San Salvador de Zaragoza, a iniciativa del arquitecto Ignacio Gracia, hasta la reposición de los azulejos de Utebo, pasaron doce años y muchas hornadas en mi taller.
El trabajo de copias de la cerámica tradicional azulejera aragonesa, es una parte de mi experiencia como ceramista que me ha enseñado a valorar el oficio, a conocer la historia y a respetar nuestro pasado.
La torre de Utebo es para todos, referencia del azulejo mudéjar y modelo de fusión entre cerámica y arquitectura. Poder trabajar en el monumento ha sido para todo mi equipo un auténtico lujo.
Cada uno de los edificios restaurados ha requerido un estudio previo, una actuación técnica diferente y sobre todo un tú a tú con las piezas, trasladándonos a la época en que se fabricaron.
Sin duda la tecnología cerámica ha avanzado de manera lógica (transporte de arcillas, producción de esmaltes, sistemas de hornos y combustibles), pero la realidad artística de esta expresión sigue siendo la misma, aunque resulta difícil apreciarlo si uno no se mancha las manos y el corazón con el magnetismo de la tierra.
El texto continúa con los Procesos de trabajo:
- Estudios de los originales.
- Estudio de arcillas.
- Elaboración de plantillas y matrices.
- Modelado y secado.
- Cocción de bizcocho.
- Pruebas de color.
- Esmaltado.
- Cocción del esmalte.
Es el abecedario de los trabajadores del barro, que lo sufren y disfrutan desde hace más de setecientos años.
* Foto realizada en febrero de 2004.
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