Tierra, agua, aire y hielo.

Hielo invernal creativo sobre los cristales de mi furgoneta.
Los alfareros por estas tierras no trabajaban en invierno, se dedicaban a otros menesteres más propios del frío y la ausencia de sol.

Ahora nosotros, humanos adaptados a otra sociedad de “consumo y bienestar”, podemos trabajar en caliente, junto al radiador y la estufa para que con el esfuerzo de nuestro trabajo al menos podamos pagar a los controladores de esas energías caloríficas que tanto les gusta el dinero.

Tal vez disfrutaríamos lo mismo con una manta sobre nuestras piernas, contándonos historias o durmiendo.

Pronto llegará la primavera, amasaremos el barro, nos desnudaremos ante el sol y llegarán las elecciones para que los de arriba peleen por un sillón caliente.

Que no decaiga el ánimo, la felicidad, la esperanza, la fe,… y salud!