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fernandomalo

Mercadillo Sanmateano.

Mercadillo Sanmateano.

Tenía ilusión por salir al mercadillo anual de mi pueblo, celebrando que ya he cumplido cincuenta años y sigo en plena actividad tornera. Día 1 de mayo, día del trabajo, celebrarlo trabajando, disfrutando como casi siempre.

Camisa y corbata para dignificar este oficio en extinción, corbata por el respeto que se merece el barro girando en el torno y las piezas que salen de él.

Tornear en la calle, a la vista de todos es una sensación curiosa, la multitud de opiniones y comentarios se entremezclan y muestran a veces la ineptitud del personal ante lo creativo o el silencio del asombro y el respeto por esta técnica milenaria.

Al inicio de mis contactos con la cerámica, ví una fotografía de Bernad Leach (uno de los padres de la cerámica contemporánea occidental) torneando con corbata, me pareció curioso y extraordinario a la vez, una manera evidente de respeto hacia el oficio y de valorar este trabajo.
Durante los veranos acudía a la alfarería de Paco Buetas en Naval para aprender a tornear, la imagen de Paco podría ser el polo apuesto de la de Leach. Las dos son reales, deben de existir y se merecen el mismo respeto.
Como artesano alfarero, especie en extinción, es mi obligación aportar un grano de arena al conocimiento de este oficio tan maravilloso, mágico, natural, hilo conductor de la historia.

El torno enlatado en películas o televisión es el mas conocido por la gente de la calle, cuando lo ven en vivo y en directo grandes y pequeños se transportan a otra dimensión.

En la foto: el amigo Miguel Isac, músico, era la primera vez que disfrutaba del placer de verme tornear, yo he disfrutado en muchas ocasiones de oírle sentado a la batería en sus conciertos, también he disfrutado de su música “enlatada” trabajando en mi taller.
Las notas musicales vuelan por el aire, por las ondas, por los surcos de vinilo,…
Las piezas de arcilla, son difíciles de reproducir para compartirlas con multitud de público, la creación del ceramista suele ser recogida, íntima y larga…la obra acabada, desvela solo a expertos los pasos del largo proceso.

Por cierto, el sol primaveral casi coció las piezas y nuestra epidermis.

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